El Método Masónico

 

Para el profano, para el que está fuera de la Francmasonería, el lenguaje simbólico permanece incomprensible y hasta le puede parecer trivial. Pero el sistema simbólico es, de hecho, una herramienta muy potente para provocar la búsqueda del conocimiento de uno mismo y del mundo.

Hombre cincelando su propio destino de Albin Polasek, 1917

 

El sistema simbólico masónico se ha formado a lo largo de los tiempos y emprunte sus principales elementos de las herramientas, los instrumentos y los conceptos que utilizaban los maestros de obras y canteros antiguos (y, en buena parte, también los actuales) para a su trabajo constructivo. De hecho, el sistema simbólico Francmasónica constituye una vasta metáfora del arte constructiva aplicada a la autoconstrucción de cada persona y de toda la Humanidad.

El Simbolismo de la Francmasonería moderna consiste en que los masones representan la vez el obrero y el material sobre el que este obrero trabaja. Se habla de la construcción del Templo de la Humanidad con las piedras que son los masones y masonas. Estos llegan a la lonja como una piedra basta y el trabajo consiste en desbastar su los bordes malformados y confusos y pulir la superficie hasta llegar a hacer una piedra cúbica, que es la perfección, es decir, el ideal hacia el que hay que tender aunque sepamos que nunca la alcanzaremos por completo.

Este trabajo simbólico se hace en tres etapas o grados fundamentales: como aprendiz, como compañero y como maestro masón.